Esta historia, como muchas
otras, comenzó con un sueño. El sueño de crear algo nuevo, crear
Pokémon. En 1996 se publicaron los ejemplares de Red y Green dando
comienzo a un universo que cautivaría a muchos niños a lo largo
del mundo.
En esta primera entrega, hubo un suceso extraordinario. Antes de
su lanzamiento, tras liberar espacio ocupado por archivos
inservibles, el equipo de diseño decidió crear un último pokémon
que ocupase ese espacio sobrante en el casete: lo llamaron Mew.
Sin embargo, no programaron su aparición, se mantendría oculto y
encerrado hasta que con una actualización liberasen al legendario
ejemplar.
Desde ese momento, Mew que fue una simple idea, una simple broma, milagrosamente luchó por su libertad, por su existencia. Transcendió, consiguiendo aparecer por error en las partidas de algunos niños que jugaban apasionados a aquel videojuego. Uno de esos niños fue conocido más tarde como Clover.
Clover se obsesionó de manera enfermiza con los Pokémon, hasta el punto de dedicar su vida a encontrar el modo de traer esas criaturas ficticias a la realidad. Los fracasos le perseguían y atormentaban todos y cada uno de los intentos de avanzar en su carrera.
Sin embargo, en la noche más oscura, Mew encontró de nuevo la manera de transcender, desafió la realidad una vez más y recompensó a Clover por todo el amor y esfuerzo que había dedicado hacia los Pokémon.
Mew se había vuelto real, una vez más. Ayudó a Clover a conseguir el código genético Pokémon, pudiendo así crear la primera generación de estos en un laboratorio de Los Santos. Por desgracia, hubo especímenes que escaparon y pronto desataron un tremendo caos en la ciudad. Clover fue considerado el principal culpable, pero consiguió mantenerse libre a pesar de recibir la prohibición de seguir con sus experimentos.
En aquel momento, la atención se centró en cómo controlar la situación de los Pokémon salvajes. Las armas eran casi inservibles contra la mayoría de Pokémon pero fue entonces cuando el hijo de Clover encontró una manera de controlarlos, inventó las pokeball, así como en los videojuegos, con la ayuda de Mew que seguía acompañando a esas alturas a la familia.
Para afrontar la fabricación en masa de estas pokeball se decidió que se fundirían todas las armas de fuego, desde las que perteneciesen al estado como las de uso privado. Esto dio lugar a un conflicto llamado “El día de la pólvora” en el que todos los fanáticos de las armas combatieron contra entrenadores y sus Pokemon intentando inútilmente preservar la existencia de las armas de fuego. Innumerables personas murieron ese día a causa tanto del fuego directo como del cruzado.
Mientras duró este caos, Clover sintió el impulso de volver a sus experimentos, lo que acabaría por terminar de encaminarlo a la ruina. Creó a Mewtwo, a pesar de los numerosos intentos por parte de Mew de alejarlo de esta idea. Cuando su hijo descubrió aquello decidió traicionar a su padre por miedo a lo que esa criatura podía llegar a ser, avisó a las autoridades y en cuestión de instantes el ejército irrumpió para llevarse presos tanto a Clover como a Mewtwo, intentaron también llevarse a Mew pero este consiguió escabullirse.
El mundo a partir de entonces se desarrolló tal y como lo conocimos en PokémonRP, hubo numerosas historias en Los Santos: entrenadores dándolo todo por ser el mejor, niños haciendo travesuras, un Hypno rosa, la captura de Moltres, la aparición del Gyarados Rojo, la banda de Squirtle, el Team Rocket, la guardería, la banda “Most Wanted”, los atentados Anti-Pokemon. Entre tantas historias, Clover consiguió escapar de la cárcel, pero no encontró a Mew, en su lugar sintió la llamada de Mewtwo que no solo le pidió ayuda sino que también le advirtió de que su querido Mew lo había abandonado, pues no lo había ayudado a escapar.
Mew, ajeno a ello, se había dedicado a observar, pues el incidente que fue la creación de Mewtwo le hizo replantearse su presencia en aquella realidad, ya que empezaba a pensar que había sido un error ayudar a Clover, quien se había convertido en un criminal. No podía evitar pensar en que tal vez podría haberlo ayudado a ir por el buen camino, haber evitado que aquello escalase hasta tal punto.
Finalmente llegó el día en el que Clover se destinó a liberar a Mewtwo, y a pesar de sus intentos Mew fracasó en hacer entrar en razón a Clover pues este se sentía abandonado por Mew. Finalmente, Mewtwo era libre, tras ser objeto de experimento del ejército durante años, tras innumerables tortuosos entrenamientos y adiestramientos la bestia se había desencadenado. Su poder era inconmensurable, destrozó el laboratorio por completo, ignorando la vida de todos los compañeros de Clover exceptuando a este último ya que lo dejaría vivir pues lo consediraba un útil peon.
Sería entonces cuando Mewtwo empezaría con su obsesión por su
antecesor y la destrucción de este.
El pequeño legendario sabía que no tenía oportunidad de ganar a
aquel monstruo en ese momento, por lo que decidió huir. Pero no huyó
de vuelta al mundo Pokemon, sino que su corazón le pidió algo más,
volver a buscar a Clover. Volver a intentarlo, hacer una nueva
partida.
Mew consiguió cambiar de línea temporal, dejando a la línea “V1”
para entrar en la “V2”.
Al llegar a la “V2” era exactamente la misma fecha que cuando llegó
a la primera línea temporal. También había viajado en el tiempo.
En esta nueva línea temporal el mundo a rasgos generales era el mismo, las vidas de algunas personas habían cambiado, otras eran las mismas pero la que le interesaba a Mew era la vida de Clover, a quien volvió a ayudar. Sin embargo, esta vez no solo le enseñó a crear a los Pokémon, sino que también le enseñó a vivir más allá de estos, le liberó de esa obsesión.
Pero esta historia no era un cuento de hadas... En esta realidad los Pokémon presentaban un problema, eran corrompibles fácilmente. Cuando los Pokémon llegaron, no solo trajeron consigo alegría y nuevas oportunidades en este mundo, sino que también originaron un nuevo tipo de caos. Cualquiera tenía acceso a poderosos Pokémon capaces de grandes hazañas.
Por esto mismo, un exceso de Pokémon salvajes causó un descontrol total, la mayoría de entrenadores no conocía nada sobre estas criaturas y no estaban preparados para controlarlos. Por si no fuera poco, las pokeball no eran suficientes para abastecer los Centros Pokémon.
Es aquí en donde empieza la “Operación Outland”. En la que diez personas que se dedicaron a estudiar a los Pokémon desde su liberación del laboratorio, se aventuraron con sus Pokémon a mantener el control y el orden de estas nuevas especies. Estos diez entrenadores eran especializados en cada tipo de Pokémon, cada uno se encargaba de mantener el orden de los Pokémon salvajes de sus contras, para mantener el equilibrio en la naturaleza.
Con el tiempo la cantidad de Pokémon salvajes se disparó y estos diez entrenadores no pudieron mantener el orden ellos solos, por lo que optaron por reclutar a más personas que siguieran sus ideales. Se les conocería como Los Clanes Monotipo, liderados por el Maestro de Clanes.
Mientras tanto Mew ayudó a que Clover cuidase su imagen pública,
esta vez se había convertido en una eminencia, un gran científico
que había cumplido su sueño. La sociedad lo amaba.
Sin embargo, sucesos como “El día de la polvora” fueron inevitables
en esta línea temporal. A pesar de ello, esta vez no se creó a
Mewtwo. Esto ocurrió hace diez años en la “V2”, nuestra línea
temporal, nuestra realidad.
Hace un mes, Clover dio libertad a los primeros especímenes de
pokémon pertenecientes a la conocida como “segunda generación”.
En la actualidad estos nuevos amigos ya están asentados en los
ecosistemas, pero una triste noticia se ha propagado por todo el
mundo.
El fiel compañero de Clover, Mew, ha desaparecido sin dejar rastro.